LA CUMBIA
La cumbia es un ritmo que solía bailarse en las fiestas populares y patronales de Barranquilla y los pueblos de la Costa Caribe. Data de tiempos remotos en los que la falta de luz eléctrica era reemplazada por la temblorosa llama de un paquete de velas.
En la cumbia los músicos son el epicentro de la rueda del baile y alrededor de ellos las parejas rotan bailando incesantes, al compás de movimientos de cortejo sensual.
En sus épocas de inicio, los participantes bailaban en el mismo sitio -sin desplazarse- y seguían bailando en ronda hasta alcanzar fácilmente la madrugada.
Con el paso de los años, la esquina de la calle Soledad con carrera 23 pasó a ser cita de cumbia cada 11 de noviembre para celebrar la fiesta de San Martín. En la vieja Barranquilla, aquellas noches de cumbiamba eran anunciadas durante el día con una bandera roja colocada en la cúspide de una alta guadua.
Baile:
Coreográficamente se define como una danza de seducción, en la cual la mujer asume una actitud sumisa mientras el hombre baila a su alrededor asediándola; para ello la mujer utiliza un manojo de velas encendidas a manera de antorcha para ahuyentarlo moviéndose en círculos con su pareja.
Marcación del ritmo
La mujer marca el ritmo de cumbia con movimiento de oscilaciones laterales de las caderas, ejecutados en forma natural, sin exagerar, deslizando los pies sobre el piso sin levantarlos, con pasos cortos.
Esto se manifiesta en la posición serena y erguida conque se desplazan. La pollera se eleva en forma pausada y elegante, sin agitarla y sin movimientos bruscos. La correcta marcación del ritmo le dan elegancia y el señorío a la mujer en la cumbia.
El hombre tiene mayor libertad de movimientos; le corresponde marcar el ritmo solo con los pies y se apoya manteniendo elevado el talón del pie derecho.
Coreografía
Es un baile altivo, de galanteo, propio del Caribe colombiano. Los bailadores hacen una rueda de parejas que giran en sentido contrario a las manecillas del reloj. En un circulo interior se desplazan los hombres y en el círculo exterior bailan las mujeres.
Durante todo el baile la actitud de la mujer es de coquetería. Las parejas que bailan en la rueda de cumbia establecen un intercambio. Dentro de ellas el hombre y mujer intercambian un coloquio amoroso a través de gestos y sonrisas con miradas de coquetería. A pesar del galanteo, en ningún momento la mujer debe permitir que su parejo la toque.
En la cumbia los músicos son el epicentro de la rueda del baile y alrededor de ellos las parejas rotan bailando incesantes, al compás de movimientos de cortejo sensual.
En sus épocas de inicio, los participantes bailaban en el mismo sitio -sin desplazarse- y seguían bailando en ronda hasta alcanzar fácilmente la madrugada.
Con el paso de los años, la esquina de la calle Soledad con carrera 23 pasó a ser cita de cumbia cada 11 de noviembre para celebrar la fiesta de San Martín. En la vieja Barranquilla, aquellas noches de cumbiamba eran anunciadas durante el día con una bandera roja colocada en la cúspide de una alta guadua.
Baile:
Coreográficamente se define como una danza de seducción, en la cual la mujer asume una actitud sumisa mientras el hombre baila a su alrededor asediándola; para ello la mujer utiliza un manojo de velas encendidas a manera de antorcha para ahuyentarlo moviéndose en círculos con su pareja.
Marcación del ritmo
La mujer marca el ritmo de cumbia con movimiento de oscilaciones laterales de las caderas, ejecutados en forma natural, sin exagerar, deslizando los pies sobre el piso sin levantarlos, con pasos cortos.
Esto se manifiesta en la posición serena y erguida conque se desplazan. La pollera se eleva en forma pausada y elegante, sin agitarla y sin movimientos bruscos. La correcta marcación del ritmo le dan elegancia y el señorío a la mujer en la cumbia.
El hombre tiene mayor libertad de movimientos; le corresponde marcar el ritmo solo con los pies y se apoya manteniendo elevado el talón del pie derecho.
Coreografía
Es un baile altivo, de galanteo, propio del Caribe colombiano. Los bailadores hacen una rueda de parejas que giran en sentido contrario a las manecillas del reloj. En un circulo interior se desplazan los hombres y en el círculo exterior bailan las mujeres.
Durante todo el baile la actitud de la mujer es de coquetería. Las parejas que bailan en la rueda de cumbia establecen un intercambio. Dentro de ellas el hombre y mujer intercambian un coloquio amoroso a través de gestos y sonrisas con miradas de coquetería. A pesar del galanteo, en ningún momento la mujer debe permitir que su parejo la toque.
Los personajes que más contribuyeron a la expansión del bambuco en Colombia fueron el tolimense Cantalicio Rojas con innumerables piezas como el bambuco tradicional "Ojo al toro"[6] o el bambuco fiestero "Canta un pijao"[7] emblemático del Tolima y otros como, "El barcino"[8] y "María Manuela"[9] , el huilense Jorge Villamil y el músico Pelón Santamarta, con la obra Antioqueñita[10] que se considera una pieza emblemática del bambuco en el departamento de Antioquia. También se encuentra el risaraldense Luis Carlos González, quien compuso alrededor de 60 bambucos entre ellos "La Ruana", "Compañero", "Mi Casta", "Pereira" y "Callecita Morena", "Ajena", "Recuerdos", "Camino y Tarde", entre otros. En la actualidad, se encuentra el también pereirano César Augusto Mejía Anicharico, director del Dueto Mejía y Valencia, cuya agrupación, con más de 30 años de vida y obra musical, ha representado a Colombia en diversos escenarios internacionales, y quien ha compuesto alrededor de 30 bambucos "Amigo", "Nunca es tarde", "Nostalgia", y entre ellos, su obra más representativa "Contratiempos"[11] , elegida durante el año 2010 como Patrimonio Cultural Nacional por el Ministerio de Cultura de Colombia, en el marco del Bicentenario de la Independencia Nacional, siendo así junto con "La Ruana" de Luis Carlos González una de las dos Obras elegidas por el departamento de Risaralda en esta Publicación para el Banco Virtual de Partituras del Plan Nacional de Música.
La Parranda de San Pedro es una festividad popular y religiosa de las ciudades de Guatire y Guarenas del Estado Miranda, Venezuela. Tiene su origen en la Época Colonial. Consiste en unos parranderos, vestidos con levita y pumpá (uno de ellos lleva la imagen del santo, otro lleva una bandera amarilla y roja) y acompañados por Cuatro y Maracas. La percusión se logra con unos pedazos de cuero de animal amarrados a los pies a manera de sandalias (llamadas cotizas). También van acompañados por dos niños impúberes, vestidos con un traje rojo y amarillo (parecido a los arlequines), que se conocen como "tucusitos". El personaje más llamativo es un hombre vestido de mujer que carga una muñeca de trapo. Este personaje se llama "María Ignacia" y la muñeca "Rosa Ignacia". Los dos tucusitos hacen las veces de sus otros dos hijos. Todos llevan la cara pintada de negro con betún o lo que ellos llaman "negro humo".
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